El Periodista estrellado presenta a Alberto Vaccaro y una de las cartas a sus alumnos de año 2008


Hoy les presento este texto pero es solo el Principio, estaremos una vez a la semana publicando un texto (mientras nos dejen). Ahora disfrute de este texto:

"Metafóricamente, me siento caminando a la estación. Llego y estoy contigo en el andén, esperando por momentos el arribo del tren. Pienso en que quisiera retenerte, profundizar mi amistad contigo, conocerte más, ayudarte en otras cosas, decirte lo que no tuve tiempo de decir… pero a la vez sé que debes seguir tu viaje, en un destino que para mi se ha repetido ya muchas, muchísimas veces.
Preparo entonces mi pañuelo, mi mejor gala de adioses, para dedicártelos a través de la ventana, en la que irás marchando a las nuevas estaciones de tu vida.
¡Quiero decirte tantas cosas! Seguro que llegará el tren y no me alcanzará el tiempo. Por eso te las escribo en esta tarjetita.
No dejes de estudiar, porque el Mundo de hoy te lo exige. La cuestión es entre estar cómodo tres o cuatro años y muy incómodo el resto de la vida, o sacrificarte pocos años y estar mejor todos los años que te queden.
Dale importancia al dinero, pero no demasiado. Hay cosas que no tienen precio, pero si valor enorme.
No hagas nada de lo que puedas arrepentirte un día, los cargos de conciencia son crueles, y nada se puede hacer para reformar el pasado.
Sé solidario, amable, respetuoso, consecuente, responsable, agradecido. Lo más importante de la vida es ser una buena persona.
Y mientras practico mis adioses no sé si te veo a ti,  en la ventana, o soy yo mismo repetido en el espejo de los años… Fugazmente pasan por mí los rostros de tantos compañeros de clase que no he vuelto a ver, profesores de los que no supe nada más, aunque fueron todas personas muy importantes en mi vida. Es duro afrontar la bifurcación de los caminos y seguir…
Tantos años cultivando amistad con mis alumnos, para verlos partir poco tiempo después… me parece una injusticia, como lo es la propia existencia.
Yo tuve la suerte de avanzar en mi vocación, y tener los trabajos que amo. Espero tú tengas la misma suerte, y puedas ser un profesional apasionado por tu tarea cotidiana. Eso vale más que un sueldo alto… llena más el alma, da sentido a la vida.-
No discrimines a nadie, ni siquiera a las personas que te hieren. Hacerlo, sería darle la espalda a quienes más te necesitan. Sería como darle de comer sólo a quienes tienen comida para retribuirte. Recuerda que mucha gente que te parece mala, quisiera ser como tú, pero no lo consigue.
Estoy en la estación, saludando con la mano, y llorando. Lloro cada año en estas fechas, porque aún en la certeza de que todo está bien y así ha de ser, me duele la despedida. La de hoy y las que vengo padeciendo desde mi infancia, cuando la escuela, cuando el Liceo, cuando las aulas a mi cargo.
Pero extrañamente lloro, desde el corazón, y sonrío, desde la esperanza. Esperanza de que llegues a todas tus metas, de que siempre tengas sueños en los que invertir tu esfuerzo, de que alcances la satisfacción del deber cumplido.
Esperanza de que esta amistad no haya sido para ti un episodio más para olvidar, sino algo duradero, firme, aunque el tiempo transcurra sin que nos veamos mucho.
Esperanza de que nos encontremos un día, y me cuentes de tus logros, de cómo has ido madurando tu concepción de las cosas.
Esperanza de que si algún día necesitas algo, me tengas en cuenta. Como a un amigo. Aceptaré ser de tu vida un ex profesor, pero no un ex amigo.
Y el tren se va por la vía de hierro frio que divide el paisaje en dos… y se pierde entre lomas y serranías en intrincados horizontes… lloro, y sonrío, porque por la misma vía, los trenes regresan todavía a la estación donde te espero. Alberto Vaccaro"

El Periodista estrellado agradece a  Pan de Azucar.net  por  este texto.

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